Sobre Isidora Zegers
Isidora Zegers Montenegro (1803-1869)
María Ignacia Isidora Zegers y Montenegro nació en Madrid en 1803 y fue la primera hija del matrimonio conformado por Juan Francisco Zegers, francés, nacido en Marruecos, y de la española Flora Montenegro. La vida familiar de los Zegers Montenegro no fue apacible ni en lo doméstico ni en lo económico. La inestabilidad laboral del padre, que implicó sucesivos traslados de país de la familia antes de asentarse en Chile, sumado a su afición artística y musical, pudo haber incidido en el carácter cosmopolita y sociable de Isidora.
Gracias al relato de su hija Flora sabemos que durante su primera infancia recibió formación musical en España con Manuel García (1775-1832), famoso cantante padre de María Malibrán y de Pauline Viardot-García. Sin embargo, de esta formación con Manuel García no existen más registros. Cuando Isidora tenía 10 años la familia se trasladó de España a Francia. En Francia estudió con Frédéric Massimino, quien la becó, debido a que los padres no podían seguir pagando su formación musical. Así, Isidora aprendió solfeo, piano, canto y nociones básicas de composición. Esta relación de afinidad con su maestro se mantuvo por décadas, aún mucho después de llegar a Chile, como demuestran las cartas entre ambos.
En 1823 Flora Montenegro se traslada a Chile siguiendo a su marido Juan Francisco Zegers, quien ya se había venido gracias a un ofrecimiento de trabajo estable para el gobierno de Chile. Apenas llegados a Santiago se dan cuenta de que el padre ya tenía una nueva relación amorosa, e incluso un nuevo hijo, con Matilde Samaniego. Esto significó significó el quiebre definitivo de la relación amorosa entre sus padres, aunque no de la familia. De esta segunda relación de su padre, Isidora tuvo siete hermanos consanguíneos y mantuvo durante toda su vida una relación muy cercana con su padre, tal como lo indica la correspondencia conservada en este álbum.
La llegada de Isidora Zegers causó gran conmoción en la tranquila vida santiaguina tanto por su historia, su formación como por su carácter. En 1826 se casó con el inglés Guillermo de Vic Tupper, quien murió asesinado después de la batalla de Lircay en 1830. Luego de enviudar se casó con el alemán Jorge Hunneus. De su primer matrimonio tuvo 3 hijos y de su segundo matrimonio 6. Pese a que fue madre de una familia numerosa, Isidora Zegers no sintió nunca una gran inclinación por la conducción del hogar, que era lo que se esperaba de una mujer de su época. Su calidad artista, y su formación excepcional, el manejo de idiomas y el don de la conversación, así como su capacidad de gestión de redes culturales le permitieron un despliegue único para una dama de su condición y calidad. Fue su afición y dedicación a la música lo que la definió ante sus familiares y conocidos, y por lo que hoy también seguimos investigando en torno a su figura y legado.
Que su propia construcción de género no correspondía con las ideas de una maternidad abnegada queda muy clara en el siguiente comentario de su hija Flora Tupper:
En cuanto a costura, cocina, no solo carecía mi madre hasta de la menor noción de esa clase de trabajos tan necesarios en la mujer, sino que se oponía hasta a que sus hijas las aprendieran y se incomodaba cuando oía alabar alguna otra mujer de diestra de manos para la aguja y sobre todo para la cocina o repostería, que ella calificaba de trabajos vulgares y solo capaces de entretener a tontas y golosas amigas de comistrajos [pp. 10].
La diferencia tan radical en su formación, así como su condición de extranjera y de ilustrada, además de noble, que venía desde su nacimiento, pudo haber incidido en que Isidora no fuese juzgada socialmente como frívola, pedante o, derechamente ,como “mala madre”. Sin embargo, ya, a mediados del siglo XIX, el consenso social no aceptaba que una mujer se dedicara solamente a la música. Para las mujeres burguesas, esta práctica sólo podía considerarse como un complemento a otras actividades consideradas como más importantes, como la crianza y el cuidado del hogar. En ese sentido, su hija Flora la recordaba así:
Mamá cantaba mucho y muy bien, según dicen; de lo segundo no podía juzgar yo en aquella época, mas lo primero era exactisimo. Mamá solo se ocupaba de hacer música, sola o acompañada por los pocos artistas y aficionados que por los años de 1830 y tantos, habitaban en Santiago de Chile [pp. 4].
De este gusto de Isidora por la música han quedado muchas huellas. Se dice que introdujo a Chile la afición por el canto lírico, también es conocida su faceta como compositora, pero proponemos que antes que nada fue una cantante con formación profesional, que destacó por su gran capacidad de gestión cultural. Desde su llegada a Chile desarrolló el arte del salón en su casa, y centró su actividad en generar contactos y redes entre los músicos más relevantes del país y aquellos artistas y viajeros de paso por Chile. Así, su labor incansable pasó a constituir una pieza clave del quehacer musical, artístico y cultural durante toda su vida, recibiendo en su casa y manteniendo correspondencia con personas importantes como William Vicent Wallace, Louis Moreau Gottschalk, Aquinas Ried, Teresa Rossi, Clorinda Corradi, Federico Massimino, Carlos Drewecke, José Joaquín Vallejo, entre otros.
En 1826 participó de la formación de la Sociedad Filarmónica de Santiago, también tuvo una acción relevante en la constitución del Conservatorio Nacional de Música de Santiago, y participó activamente de la edición y publicación del Semanario Musical, primera publicación periódica de carácter musical en nuestro medio.
Después de su participación en la edición y publicación del Semanario Musical no la encontramos en grandes actividades públicas, sin embargo, fue una participante muy activa en las actividades musicales de su medio a través de presentaciones en conciertos y beneficios musicales. Finalmente, se conserva un diploma que le confirió el “Orfeón de Santiago” en 1868, lo que indica que se mantenía activa y era muy considerada socialmente.
Isidora Zegers falleció en julio de 1869.