Carta de Teresa Rossi
Dublin Core
Título
Carta de Teresa Rossi
Materia
Carta
Descripción
Carta de Teresa Rossi para Isidora Zegers
Queridísima Isidora
Valparaíso, 5 de abril de 1851
Ayer recibí una carta de Alaide en la que me dice que a ninguno de nuestros amigos le había pasado alguna desgracia, a excepción del susto que pasaron algunos, a causa de ese terrible terremoto del día dos del corriente mes. En realidad podemos considerarnos felices de haberlo pasado solo con pocas desgracias. Espero que Usted, como su familia y esposo, no lo hayan sufrido, así como fue para mi y mis compañeros. Solo pasé mucho susto, en cuanto al llegar de la noche me dieron convulsiones. Pero ya hace días me sentía con problemas en los nervios, y todavía con mi ojo enfermo que no me permite ninguna aplicación. Creo que se trata de una enfermedad nerviosa. Se me disminuyó mucho la visión, tanto que aunque no tenga inflamación, no puedo soportar la luz. Quizá con el cambio de clima pueda pasar esto también, como pasó el dolor de cabeza con la venida a Valparaíso. Dios quiera que Copiapó no haya sufrido muchos daños, que en ese caso no creo conveniente ir.
Volviendo al terrible terremoto, le cuento que se asustaron mucho los habitantes del Almendral, donde sufrieron más daños. Casi todos dejaron sus casas, algunos para los montes, otros para la Plaza de la Victoria, donde se instalaron varias carpas de campamento y allí duermen y viven como los indios. Hay algunos que equiparon sus carpas con sillones y camas de bronce y otros objetos de lujo. Se encuentran también los Bastoggi y Ubaldi con toda su //
[1 verso]
respectiva familia. También Giorgi huyó del teatro y casi no podía salir de su pequeña habitación en cuanto la viga arriba de su puerta se había bajado. Felizmente, con gran esfuerzo logró salir, pero dice que le parecía el fin de mundo en cuanto había un desastre por la caída de telones, vigas, vidrios, y otras cosas, que no sabía en donde salvarse.
No entiendo como permitan hacer una función mañana. Yo seguro no voy a ir. Ya no faltan [sic] dar la culpa de este terremoto a las bailarinas, pobrecitas.
Yo no me moví de mi casa, en cuanto, al ser de madera, me pareció con menos riesgo de caer, además, encontrándome indispuesta no quise arriesgar enfermarme más. Así que escapé de la gran lluvia de esta noche, que empezó a las doce, y terminó a la misma hora de esta mañana. Se imaginará el desorden de todas esas personas que no se encontraban en sus casas. Todos decían que yo era demasiado imprudente, pero ahora me felicitan.
No me detengo en esta carta para hacer el detalle de todas las desgracias y quiebres, en cuanto ya habrá tenido estas noticias por otros, y yo no haría más que repetírselas, y en todo caso mi ojo no me permite aplicarme demasiado.
La razón de mi carta es para tener sus noticias y de todos los de su casa y parientes, a los cuales espero dará muchos saludos de mi parte. Le ruego una pronta respuesta de su parte, y me crea siempre, su aficcionada amiga.
Teresa Rossi
P.D.: Le pido disculpa si por mi respuesta a su queridísima [sic] y le cuento que los directores del conservatorio demostraron talento en elegirla presidenta de ese establecimiento musical.
[1 reverso]
Queridísima Isidora
Valparaíso, 5 de abril de 1851
Ayer recibí una carta de Alaide en la que me dice que a ninguno de nuestros amigos le había pasado alguna desgracia, a excepción del susto que pasaron algunos, a causa de ese terrible terremoto del día dos del corriente mes. En realidad podemos considerarnos felices de haberlo pasado solo con pocas desgracias. Espero que Usted, como su familia y esposo, no lo hayan sufrido, así como fue para mi y mis compañeros. Solo pasé mucho susto, en cuanto al llegar de la noche me dieron convulsiones. Pero ya hace días me sentía con problemas en los nervios, y todavía con mi ojo enfermo que no me permite ninguna aplicación. Creo que se trata de una enfermedad nerviosa. Se me disminuyó mucho la visión, tanto que aunque no tenga inflamación, no puedo soportar la luz. Quizá con el cambio de clima pueda pasar esto también, como pasó el dolor de cabeza con la venida a Valparaíso. Dios quiera que Copiapó no haya sufrido muchos daños, que en ese caso no creo conveniente ir.
Volviendo al terrible terremoto, le cuento que se asustaron mucho los habitantes del Almendral, donde sufrieron más daños. Casi todos dejaron sus casas, algunos para los montes, otros para la Plaza de la Victoria, donde se instalaron varias carpas de campamento y allí duermen y viven como los indios. Hay algunos que equiparon sus carpas con sillones y camas de bronce y otros objetos de lujo. Se encuentran también los Bastoggi y Ubaldi con toda su //
[1 verso]
respectiva familia. También Giorgi huyó del teatro y casi no podía salir de su pequeña habitación en cuanto la viga arriba de su puerta se había bajado. Felizmente, con gran esfuerzo logró salir, pero dice que le parecía el fin de mundo en cuanto había un desastre por la caída de telones, vigas, vidrios, y otras cosas, que no sabía en donde salvarse.
No entiendo como permitan hacer una función mañana. Yo seguro no voy a ir. Ya no faltan [sic] dar la culpa de este terremoto a las bailarinas, pobrecitas.
Yo no me moví de mi casa, en cuanto, al ser de madera, me pareció con menos riesgo de caer, además, encontrándome indispuesta no quise arriesgar enfermarme más. Así que escapé de la gran lluvia de esta noche, que empezó a las doce, y terminó a la misma hora de esta mañana. Se imaginará el desorden de todas esas personas que no se encontraban en sus casas. Todos decían que yo era demasiado imprudente, pero ahora me felicitan.
No me detengo en esta carta para hacer el detalle de todas las desgracias y quiebres, en cuanto ya habrá tenido estas noticias por otros, y yo no haría más que repetírselas, y en todo caso mi ojo no me permite aplicarme demasiado.
La razón de mi carta es para tener sus noticias y de todos los de su casa y parientes, a los cuales espero dará muchos saludos de mi parte. Le ruego una pronta respuesta de su parte, y me crea siempre, su aficcionada amiga.
Teresa Rossi
P.D.: Le pido disculpa si por mi respuesta a su queridísima [sic] y le cuento que los directores del conservatorio demostraron talento en elegirla presidenta de ese establecimiento musical.
[1 reverso]
Autor
Teresa Rossi
Fuente
Fecha
5 de abril de 185[1]
Derechos
El Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile es el custodio de este documento.
Formato
Carta en dos planas
Idioma
Italiano
Tipo
Letter
Identificador
IZ_219
Cobertura
Valparaíso
Colección
Citación
Teresa Rossi, “Carta de Teresa Rossi,” El Álbum de Isidora Zegers, consulta 2 de mayo de 2024, https://elalbumdeisidora.omeka.net/items/show/219.