Carta de Aquinas Ried

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Dublin Core

Título

Carta de Aquinas Ried

Materia

Carta

Descripción

Carta de Aquinas Ried para Isidora Zegers

Valparaíso noviembre 5 1868/
Señora Doña Isidora Z. de Huneeus/
Santiago/
Mi muy apreciada amiga/
No había esperado contestación de usted a mi última, hasta/
que usted pudiera haber echado una ojeada a la partitura siquiera/
del primer acto de la diana. Tanto más le agradezco el empeño/
con que se ha ocupado usted de ella. Si algún día llegase a ver la luz/
de la “noche”, será debido a la protección de su amable “madrina”./
Por el expreso le mando ahora el primer acto, que recién hoy/
he recibido del encuadernador; ¡después de doce días!/
Por lo que usted me comunica veo, que nada tengo que temer por/
parte de la compañía, en cuanto a su buena disposición, me/
resta combatir sus temores con respecto al idioma. Un artista que/
jamás ha cantado en otro idioma que en el suyo, está naturalmente/
preocupado a favor de este, y teme comprometerse, pero ese/
temor carece de todo fundamento en el caso actual. La pronunciación/
del castellano no presenta ni variación ni dificultad alguna para/
un cantor italiano, siendo casi idénticas la mayor parte de las/
palabras que se emplean en el canto, y en tanto bien arreglado/
el texto a la música, apenas se podrá conocer la diferencia/
como cualquiera podrá persuadirse prácticamente. En cuanto a/
los recitados, he tratado de condensarlos a lo muy indispensable/
omitiendo todo diálogo “parlante”, y creo que no se necesitará/
más que una regular capacidad, y un poco de estudio para/
vencer este obstáculo. Limberti, un tenor de muy poca instrucción/
musical, quien habla muy indiferentemente el castellano, no/
ha encontrado tropiezo ninguno en su parte, más bien se ha/
admirado de la facilidad con que ha podido cantar su parte./
Naturalmente estas observaciones se aplican solamente al castellano/
el idioma gemelo del italiano, no habría que pensar en él//
francés, inglés, u otra lengua más bárbara todavía. La con-/
sideración más importante que milita en mi favor, es el interés/
pues está en el interés de la compañía el tratar de ganar la/
atención y la protección del público por alguna novedad, como/
sería la producción de una ópera nueva en el idioma nacional./
Deben haber comprendido ya, que el público está cansado de la monotonía/
que ha dominado en los repertorios de todas estas compañías que han/
funcionado aquí en los últimos años, y Rossi Ghelli contaba con/
la diana para sacar su compañía de los apuros en que se hallaba,/
y esto después de haber oído varias piezas de ella, y haber repasado/
toda la composición en mi casa. Usted me conoce demasiado para/
suponer que hablo del mérito de esta composición como un necio/
pero por la experiencia que tengo en esta materia, y por lo/
que conozco nuestro público, tengo la convicción de que gustará/
si la compañía se empeña un poco en la representación. Para/
los estudios yo me pondría a su disposición, y le haría com-/
prender perfectamente mis intenciones, los coros son sencillos/
y la orquestación calculada para los elementos que tenemos aquí./
Agréguese a esto mis relaciones personales, y me parece/
que no puede caber duda sobre el éxito. Si el empresario/
quisiera combinar sus esfuerzos con los míos, me compremetería/
hacer de estos dos teatros los primeros de las Américas en muy/
poco tiempo. Tengo tantas composiciones preparadas para mi pro-/
yectado viaje a Europa, que pudiera darle una ópera nueva/
cada seis u ocho meses por un largo tiempo. De estos tra-/
bajos le acompaño ahora uno, “Il Granatiere”, ópera gran-/
diosa, para la celebración de la Independencia Italiana./
Si el Señor Curti quisiera entrar en la empresa, me tomaría/
la pena de arreglarla para esta, con la condición de buscar/
una prima donna aparente, que tuviera agilidad, pues/
no quisiera sacrificar este papel. La mayor dificultad//
serían los coros, que son muchos, e importantes, pero con saber/
y querer todo se vence./
De la diana quiero tener su opinión franca y detallada./
Dígame sin rodeo lo que no le gustara, pues si hay alguna/
parte buena, esto no me importa tanto saberlo. La obertura/
está escrita para 4 manos, de modo que podrá usted/
formarse una idea de su efecto en la orquesta. La/
introducción debe tocarse con mucha pretensión a lo gran-/
dioso, pues es el paso característico en la ópera del/
“inmortal Alfanje”. El tema del “Allegro”, es el del/
finale de la ópera, cuyo ritornello se suma en la/
estrofa. Al “sí” de la mujer, no hay que opinar./
Como ella lo querrá, así no más se hará./
Una lección que me parece al alcance de todos, y conforme/
a la experiencia de muchos. Cuando se habrá cansado/
de repasar este acto, devuélvamelo por el mismo expreso,/
para que le envíe el segundo. Suplico que no me pierda/
la copia del “Granatiere”, pues es el único ejemplar que/
me queda./
Quisiera seguir conversando, pero el tirano tiempo/
me impone el silencio, hasta muy luego, quedando/
como siempre./
Su afectuosisimo amigo A. Ried.//

Autor

Aquinas Ried

Fecha

5 de November de 1868

Derechos

El Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile es el custodio de este documento.

Formato

Carta en tres planas

Idioma

Español

Tipo

Letter

Identificador

IZ_164

Cobertura

Valparaíso

Citación

Aquinas Ried, “Carta de Aquinas Ried,” El Álbum de Isidora Zegers, consulta 29 de abril de 2024, https://elalbumdeisidora.omeka.net/items/show/164.

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